Como detectar a los vampiros de energía


Descripción: aquellas personas que te chupan la vitalidad y bajan tu ánimo


1) El culpabilizador. Este tipo de vampiro usa comparaciones y sarcasmos para hacernos sentir que somos una calamidad, un error de la naturaleza, un desastre en la vida. Estos son los que más daño nos hacen porque suelen ser más corrosivos en momentos críticos de la vida. Contra ellos hay que ser firmes y decir: "Cuando te expresas así, me haces daño. Para, por favor".

2) El controlador. Todos tenemos uno en casa que nos arruina momentos de sencilla felicidad, simplemente porque sí. A este vampiro le encanta decirle a todo el mundo qué hacer y cómo hacerlo, pero su estilo tiende a ser de impositivo a dictatorial, con lo que genera un ánimo general de mal humor.  Ponle un alto. Habla de lo que necesitas y sigue con lo que estás haciendo. Por ejemplo: "Aprecio mucho tu consejo, pero esto lo quiero sacar adelante a mi modo". 

3) La "amiga" el "amigo". Este vampiro es bastante envidioso, su estrategia chupasangre es hacerte sentir menos para colocarse en un nivel "superior" frente a los demás. Contra este tipo de "amigas/os" no hay nada qué hacer, más que eliminarlas de nuestra vida

4) El quejumbroso. Este es el tipo de vampiro que no está interesado en hablar de soluciones, lo único que quiere es captar tu atención para desahogarse, lo cual no sería un problema si tuvieran tope, pero estos vampiros no tienen límite, podrían pasar días hablando de lo mal que los ha tratado la vida. Esto se vuelve algo crónico, y la mala noticia es que con escucharlos no les estás ayudando en nada porque tampoco quieren tu ayuda ni tu consejo, sólo una oreja con patas. La solución: "Me importas, pero si no me hablas de cómo estás solucionándolo, no quiero seguir hablando".

5) El hablador crónico. Esta máquina de hablar quizás no sea una persona negativa en sí misma, pero requiere tanta atención que después de escucharla te deja agotado o con la sensación de haber corrido un maratón en el limbo. La solución es cortarlos y fingir algo impostergable. 



Judith Orloff, Psiquiatra y autora del libro La libertad emocional. 


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